Esta exposición original del Centro de Estudios Andaluces rinde tributo a los humoristas gráficos andaluces que han interpretado con su afilada visión los acontecimientos, personajes e idiosincrasia de nuestro país.
La exposición 'Sátira de papel. 150 años de humor gráfico con la firma de diez andaluces' es una propuesta del Centro de Estudios Andaluces que enmarca la valiosa aportación del humor gráfico a la comunicación social y al libre pensamiento. Género periodístico de base ilustrada y agudeza literaria al patrimonio nacional del humor gráfico han contribuido de modo muy relevante una gran cantidad de talentos andaluces. La muestra, comisariada por el periodista Juan Luis Pavón, condensa 150 años de humor gráfico, desde mediados del siglo XIX a nuestros días, a través de una selección de diez creadores que representan a otros muchos para significar el cariz político, social, cultural y periodístico de cinco épocas.
Luis Mariani es uno de los pioneros de la historieta en España y representa la gran eclosión de las publicaciones satíricas en la España decimonónica, asaeteada por continuas involuciones políticas y luchas de poder. Las primeras décadas del siglo XX son la edad de oro de la prensa como medio de comunicación predominante. Andrés Martínez de León y Francisco López Rubio quintaesencian la poliédrica creatividad en una España donde lo popular y lo intelectual están más próximos que nunca.
La pertinaz dictadura franquista está representada con el humor gráfico como válvula de escape desde dentro y desde fuera de España. Por un lado, la mirada de Andrés Vázquez de Sola y Juan Ballesta, que se foguearon allende los Pirineos. Por otro lado, el desparpajo de dos creadores que se hicieron respetar siempre desde el interior: Manuel Summers y Francisco Martín Morales. La generación que empieza a publicar en la última década del siglo XX y es hija del desencanto democrático, así como de la migración del papel al digital, aparece encarnada por José Luis Castro Lombilla y por el tándem Idígoras y Pachi.
La historieta de culto concebida como obra programática para tiempos de crisis global y penuria local en el siglo XXI tiene en Miguel Brieva a un artífice de referencia. Puente entre el lenguaje clásico del cómic adulto norteamericano y las nuevas preocupaciones de los españoles en una época de precariedad vital, volatilidad ideológica y saturación mediática.