Teresa María Ortega López (coord.).
Este número analiza el papel jugado por la sociedad civil en la oposición al franquismo, la lucha por las libertades democráticas y la consecución de la autonomía
Según la historiografía tradicional, los principales protagonistas de oposición al régimen de Franco fueron los colectivos de la clase obrera urbana agrupados, trabajadores de grandes conglomerados industriales. Por este motivo, la mayoría de los estudios sobre la aparición de la protesta colectiva y la reivindicación democrática acontecida durante la etapa final del Franquismo, continúa casi únicamente localizada en determinadas regiones industrializadas del país (País Vasco, Cataluña, Madrid, etc). En consecuencia, existe una ausencia de investigaciones que incorporen los instrumentos de la historia cultural, la sociología, el análisis de los discursos políticos y de los comportamientos sociales y colectivos en la explicación de la crisis de la dictadura franquista en regiones menos industrializadas como Andalucía. Un discurso que invisibiliza la actuación de una sociedad civil, formada por hombres y mujeres, protagonistas también de todo ese proceso de quebranto de la dictadura franquista y del inicio de la Transición.
El volumen La sociedad civil andaluza, punta de lanza de la democracia y la autonomía, coordinado por la profesora de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada, Teresa María Ortega López, viene, precisamente a cubrir este vacío. Publicado como el número 13 de la colección de Cuadernos de Andalucía en la Historia Contemporánea, esta obra pone el foco en otros sujetos de acción política contra el régimen franquista en Andalucía.
Porque la desmovilización y apatía propiciada por el régimen franquista no rompió el empuje de determinados grupos de la sociedad civil. Así, al tradicional foco de contestación social encarnado por el movimiento obrero, se sumaron el movimiento estudiantil, el movimiento feminista, la Iglesia de base (a raíz de las transformaciones internas provocadas por el Concilio Vaticano II) y el movimiento vecinal. La labor de estos movimientos sociales resultó clave para impedir la pervivencia de la dictadura y favorecer la extensión de una cultura democrática.
A ellos se sumaron otros realidades políticas y sociales, como el resurgimiento del andalucismo político o las grandes migraciones a Cataluña y otros destinos, que también son abordadas en una publicación que reúne colaboraciones de historiadores procedentes de las universidades de Jaén, Granada, Castilla–La Mancha y Barcelona.